domingo, 30 de enero de 2011

EL PERGAMINO DEL AMOR****ALMA ALADA***

 

 

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"Yo soy un Yokara"

"He reunido a mi tribu esta mañana cuando el Sol aún no se remonta sobre el horizonte, frente a las tranquilas aguas de la isla que bordean Serkoa.

Quiero presentarles y hablarles acerca de los Principios de mi tribu.

Mi nombre es el Gran Yokara y a mis pies http:// tengo sentado a los tres Ancianos encargados de mi raza.

Al centro esta sentado el "YO".

YO en nuestro dialecto, significa AMOR ORIGINAL.

Este Anciano conserva la Sabiduría que depositaron en él los Grandes Maestros que vinieron del espacio, sembrando la semilla de la Luz y del Amor en su corazón.

Todo aquel que ocupe este lugar es un elegido directo de los Dioses, heredero de sus ojos almendrados

, de su pelo color miel, de su anchas espaldas, dos pies seguros.

Y lo que es más; es heredero del corazón puro.

El anciano "YO", es el encargado de despertar a mi tribu para que conozcan, sepan y vean en el Amor Original, aquel que llamamos el YO SOY.

La Semilla que en cada uno plantaron los Dioses cuando nos trajeron a este planeta sembrando, a través nuestro al Hombre - Dios.

Aquel que sabía que dentro de sí existe el mayor de los cultos el más grande de los Dioses...El Ser.

Aquel HOMBRE DIOS sabía que dentro de sí, está inserto el Amor en su primitivo origen . Aquel Amor que tenemos desde antes de encarnar, el amor que tenemos antes de nacer, por esta selva, el amor por los animales, el amor por los Dioses.

Un Yokara presiente el verdor, sabe el origen de cada yerba, planta y arbusto, conoce del rocío que moja sus pies por las mañanas. Sabe del frescor natural de cada hoja, ha bebido el néctar de los tallos.

La savia que recorre cada hoja, es la misma que recorre nuestro cuerpo convertida en sangre fresca y pura.

Un Yokara sabe vivir al ritmo y la armonía que le da la selva. Sabe que al amanecer el rocío rejuvenece e impregna cada átomo de su cuerpo y a esa temprana hora el hombre debe erguirse para hacer la voluntad de los suyos, para realizar la voluntad divina, aquella que está inserta en su ser y que se llama Conciencia.

El Yorkara debe saber cuando llega la noche porque el frescor natural de las plantas languidece, recogiéndose al descanso. A aquella hora el hombre debe dejar en paz la naturaleza y saciarse con la quietud del lugar que le cobija.

El anciano "YO" quiere enseñar también el amor original que se siente por los animales, nuestros hermanos menores. Todo el comportamiento de nuestra tribu no es más que el comportamiento de estos seres.

Cada uno de ellos nos está haciendo recordar nuestro origen.  Aquí veo panteras, águilas, tapires, monos, venados, serpientes.  Veo también unas tímidas cacatuas que en otra vida hablaron mucho y ahora están muy silenciosas.

Nosotros debemos buscar, en cada uno de ellos nuestro verdadero origen porque cada virtud que está inserta en nuestro ser, debemos descubrirla para poder impregnarla en nuestra escencia.

He visto como los exploradores se remontan cual águila por el espacio infinito. Ellos alcanzan más allá de los límites de la tribu. Tienen definido su norte. Saben donde dirigirse.

Algunos son águilas, otros son halcones pero aquí usan cuerpo de hombre.

He visto algunas mujeres merodear a distancia cual tímida gacela, pero cuando se saben descubiertas y observadas emprenden una audaz retirada.  Sus patas estilizadas, emprenden la carrera elegante y refinada.

He visto también otras tantas mujeres que se arrastran, buscan el calor de los hombres más fuertes, buscan la energía de un corazón encendido.  Son la tentación del deseo, que despiertan las pasiones escondidas.

Yo las llamo las serpientes y se deslizan mostrando detrás de sí...su fría dulzura.

He visto también a los niños jugar y revolotear entre las lianas. Sin duda son los chimpancés de antaño que jugaron en las mismas lianas...conocen el arte de mecerse al borde de unas ramas. Suben y bajan con una rapidez inigualable. Ríen con sus travesuras, se cuelgan de los pies y con las manos. Saltan de un lado a otro. Son realmente traviesos.

Así podría describir a cada una de las especies que habitan Serkoa. Desde el más pequeño escarabajo, al más fuerte como el jaguar  y el más sabio como el búho. Aquí a mis pies tengo tres grandes especies. Ellos han encontrado su origen y a través de su origen...su misión.

Cuando ellos se vayan dejarán a otro, también de la misma especie...otro que haya descubierto el ser dentro del ser para que pueda servir a esta raza y así, el amor original con el que comienza un Yokara no se extinga jamás.

Tengo también a mi diestra, al anciano encargado del "AMOR NATURAL", aquel que despierta cuando uno nace, cuando uno es recibido y acogido en el seno de su tribu.  Ese amor natural se despierta a través de los sentidos.

Uno ama su tribu, es natural que la ame, ama sus leyes y sus condiciones. No es necesario que a uno le enseñen este amor.  Ese amor engendra la dulzura, la humildad, la obediencia, la paciencia.

Este amor lo heredamos de "KAI" la madre divina, de la Diosa Maestra, aquella buena madre que no respira tranquila mientras no encienda el fuego de ese amor natural hacia las cosas simples, grandes o complejas.

Es la comprensión misma de las condiciones a que estamos expuestos. Es la versatilidad que debemos tener para adaptarnos a los cambios. La mansedumbre para obedecer nuestras leyes y guiarnos por nuestros principios. Es la fuerza del amor poderoso que une a nuestra tribu.  Es el corazón que unifica a nuestros sentimientos y la mente sabia que gobierna nuestro espíritu.

Tengo también al otro lado a "RA" el anciano encargado del Amor Divino, más allá del mundo de los Dioses.

Más allá, en la última frontera del mundo divino está aquello indescifrable, la energía que sostiene todo el universo, "RA" el Sol...el DIOS PADRE.

Desde allí fluye para cada uno de nosotros un rayo.

Conocer el amor, la sabiduría, el poder o la fuerza que encierra, es nuestro deber como seres Humanos.

Fuimos sembrados por Dioses, somos Semillas Solares.  Tenemos anclado, el don divino de la espiritualidad...única virtud que nos llevará hacia aquellos mundos infinitos sin espacio ni tiempo.

Al ser traídos descendimos a la calidad de humanos pero somos divinos.

Nuestra misión como tribu es perfeccionar nuestro cuerpo, utilizar nuestra mente y remontar nuestro espíritu.

Mucho más allá de la más alta copa de cualquier árbol de la selva de Serkoa cuando sepamos que hemos logrado nuestro objetivo, feliz descansará el que puso la semilla.

Entonces "RA" ya no estará tan alto, tan lejano, inmenso en el infinito. "RA" estará prendido en el centro de nuestro pecho.

Como símbolo y como fe a mis palabras, muestro éste mi Disco de Oro Solar, el culto al Dios que hay dentro de mí y de cada uno de ustedes el amor divino, el culto a la luz que brilla en medio de cualquier tiniebla y a través de la frondosa selva. El culto a la paz de cuanto mis ojos tocan. El culto a la quietud que traspasa cada uno de mis átomos contenidos en la materia de mi cuerpo.

Este Símbolo es Divino.

Es la señal que acerca el tiempo y el espacio infinito.  Es la fuerza que atrae el sol.  Es la luz que unifica a los HOMBRES SOLARES donde quiera que ellos estén, en cualquier tribu, población o raza, la misión es una sola...SER DIOSES.

He hablado esta mañana, de donde proviene el Nombre...YOKARA.


(Suryavan Solar)

 


La Vida es una Ceremonia Sagrada!!!!! descubre que cada momento es un altar... trae tus alas... porque es urgente volver a volar!!!! La Vida es un regalo maravilloso... Crece buscando la Luz... crecer es lo que le da sentido a nuestra existencia... SOLO QUIEN CRECE ENCUENTRA LA LUZ.... BIENVENIDOS a CELEBRAR la Vida...

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